El juicio de los 7 de Chicago, como bien decía Marco Tulio Cicerón: “Los pueblos que olvidan su historia, está condenado a repetirla.”
Chicago, 1969. Ocho hombres son enjuiciados por oponerse a la guerra de Vietnam durante el marco de la 35 Convención del partido Demócrata en octubre del 1968, ¿sus nombres? Abbie Hoffman y Jerry Rubin, Dirigentes del Partido Internacional de la Juventud; Tom Hayden y Rennie Davis, Líderes del Grupo por una Sociedad Demócrata; David Dellinger, Líder por la movilización para terminar la guerra de Vietnam; Bobby Seale presidente de los Panteras Negras y los activistas John Froines y Lee Weiner,
¿El telón de fondo? Los movimientos estudiantiles internacionales como la Crisis de Marzo de 1968 en Polonia y el Mayo francés, más los asesinatos de Kennedy y Martín Luther King. A los activistas les fue negado el espacio que buscaron por la vía legal para manifestarse pacíficamente y evitar los enfrentamientos que podrían detonarse con los 15 mil hombres armados que conformaban la policía de Chicago. Sin embargo, eso no detuvo sus planes y convocaron a miles de jóvenes, muchos de ellos atraídos por la magnética personalidad de Abbie, famoso por sus Stand Up Comedies donde denunciaba y satirizaba la realidad política y social así como por su labor dentro del grupo Flower Power movimiento que buscaba una reforma cultural.
El 28 de agosto de 1968, hubo un brutal enfrentamiento entre la policía y los manifestantes muy cerca del Hotel Hilton, sede de la Convención en la que se eligió a Hubert Humphrey como candidato a la presidencia de EUA. Un año después, ya con Nixon al poder, los ocho fueron acusados también de haber cruzado las fronteras del país para promover la violencia.
La “negociación” del juicio es el punto de partida desde el que arranca esta ficción, basada en hechos reales dirigida y escrita por Aaron Sorkin, ganador del Oscar por el guion de La Red Social (2010) y del Globo de Oro por el guion de Steve Jobs (2015), en la cual exhibe el “escarmiento político” al que fueron sometidos los activistas.
26 de septiembre 1969, día uno del juicio, Willem Kunstler defensor con una larga trayectoria en ganar juicios sobre temas políticos y sociales en los que se representaban a las minorías, intenta concientizar al inepto juez Julius Hoffman, de que el octavo enjuiciado, Bobby Seale, carecía de abogado y que su caso no podía sumarse al de los siete, situación que tras largas semanas de acusaciones y abuso de poder es aceptada, quedando así el resto de los siete acusados cuyo proceso concluyó el 18 de febrero de 1970.
Aunado a los hechos históricos, metódicamente analizados, Sorkin consigue estructurar una historia sólida que se sostiene, por el timming del entretejido del montaje en el que combina material de archivo de la época como fotos e imágenes de noticiarios con el de ficción y, como lo ha hecho en el resto de su filmografía, por la solidez de los diálogos que permiten espejear, a través de los protagonistas, a la sociedad norteamericana.
En una mirada microscópica Sorkin exhibe la conspiración entre la política y la justicia, la represión predominante en los 60´s y 70´s, los hippies encabezados por Abbie y Jerry, los jóvenes luchando por la justicia mediante la protesta pacífica a través de los ojos de Tom y Rennie; la discriminación y el racismo encarnada en el personaje de Bobby, acusado de un asesinato que no cometió, la inclusión de personajes cincuentenarios intentando apelar a la razón como David Dellinger y el abogado Kunstler y, para cerrar el cuadro, dos chivos expiatorios.
La cinta va develando poco a poco, los sucesos más trascendentes del proceso que duró 5 meses en los cuales se manipuló al jurado, se ocultaron pruebas, se sobornó al fiscal…en pocas palabras se armó un “juicio político” con la finalidad de implantar un castigo ejemplar para quien se atreviesen a seguir los pasos de estos jóvenes bajo la dirección del intransigente juez cuya encomienda era imponer la pena más alta, 10 años de prisión. Su despotismo le permitió surtir de órdenes de desacato tanto a los enjuiciados como al propio abogado a tal grado que, para pagarlas, habrían tenido que haber pasado dos años en prisión.
La película tuvo una exhibición especial el pasado fin de semana en la plataforma de Netflix para recordar el 51 aniversario de la conclusión de este juicio, que pasó a la historia en la Unión Americana por la innumerable lista de inconsistencias y de arbitrariedades que se mostraron sin ningún recato.
La cinta, cuyo visionado es obligado por el trasfondo que muestra, por la eficacia del guion y por ser una de las favoritas para las nominaciones al Oscar, cierra mostrándonos el destino final de los protagonistas, entre ellos Abbie quien escribió el Best Seller Roba este libro; Jerry se convirtió en millonario al invertir en Apple Computers mientras que Tom hizo una larga carrera política, fue reelecto legislador en siete ocasiones y se mantuvo en la vida pública al casarse con la actriz Jane Fonda.
La proyección especial, que duró 48 horas, coincidió también con el Día Mundial de la Justicia Social. En este marco la cinta adquirió una lectura más atenta a las desigualdades que se concentran en ella y que tristemente siguen sucediendo. Esa fue la finalidad de Sorkin, acercar ese momento histórico a la realidad actual, de ahí las libertades creativas en cuanto a la fidelidad histórica, dado que la cinta pretendía estrenarse para las elecciones del 2008. Su contenido sigue vigente como lo subrayan los actores Joseph Gordon-Levitt (Richard Schultz) y Kelvin Harrison Jr. (Fred Hampton) en una entrevista para Netflix Latinoamérica: “El crimen de los 7 fue denunciar la verdad frente a las injusticias de una nación dividida (Gordon-Levitt).” Harrison agrega: “Esa realidad resonó con lo similar que parecían 1968 y el 2016 mientras filmábamos pero, esos paralelos no se compararían con lo que traería el verano del 2020.”
Sorkin nos invita a una dolorosa relectura: duele releer la historia de Vietnam, la de ambos lados, pese a que la cinta priorice a los 4,752 soldados caídos registrados por Rennie y leídos por Tom en pleno juicio, también, al inicio de la película hay una brevísima secuencia donde habla de las mujeres y los niños vietnamitas que fueron ejecutados.
Duele la discriminación y el etiquetado, del hippie, del intelectual, de los blancos, de los negros, de los jóvenes y de los viejos. Las leyes escritas al vuelo en una extraordinaria carta del FBI que señalaba que a partir de ese momento serían condenadas las nuevas agrupaciones de izquierda, quienes muestren descuido en su aseo personal, quien ingiriera drogas, los promiscuos y en general todos aquellos que cometieran actos que amenazaran con destruir a “la sociedad norteamericana.”
Duele acercar la lupa al 2020, ver las injusticias del gobierno de Trump, el racismo, el asesinato de George Floyd, la indolencia de los mandatarios frente a la muerte de sus ciudadanos y más particularmente, la del gobierno norteamericano, que justo este fin de semana alcanzó las 500,000 muertes por COVID, cifra que supera el total de los decesos de Vientam más los de la Primera y Segunda Guerra Mundial. Y a ti, ¿qué reflexión te dejó la cinta?
The trial of the Chicago 7 (EUA, 2020)
Dirección y guion: Aaron Sorkin
Fotografía: Phedon Papamichael
Actúan: Eddie Redmayne (Tom Hayden) Alex Sharp (Rennie Davis)
Sacha Baron Cohen (Abbie Hoffman) Jeremy Strong (Jerry Rubin)
John Carroll Lynch (David Dellinger) Yahya Abdul-Mateen II (Bobby Seale)
Mark Rylance (William Kunstler) Joseph Gordon-Levitt (Richard Schultz)
Frank Langella (Judge Julius Hoffman)
Referencias: