La terapia psicoanalítica es una de varias corrientes psicológicas que trata de intervenir y mejorar el malestar emocional, psicosocial, afectivo y cognitivo en diversas presentaciones clínico-psicopatológicas que afectan al sujeto en varias etapas del desarrollo. El psicoanálisis empezó con las primeras teorizaciones por Sigmund Freud alrededor de 1900, pero en la actualidad hay diversas escuelas y pensamientos psicoanalíticos posmodernos que han ido permitiendo su adaptación a la época contemporánea.
Hay algunos estereotipos ligados al psicoanálisis, como por ejemplo, que necesariamente implica el uso de diván, que la duración es indefinida, que infancia es destino, que no es una psicoterapia basada en evidencia, que sólo contempla el pensamiento Freudiano; sin embargo, los modelos actuales de psicoanálisis se llevan a cabo en diferentes dispositivos, así que si bien hay gente que trabaja con diván, también existen analistas que realizan trabajo cara a cara, en grupo, en pareja, etc.
La psicoterapia psicodinámica ha mostrado efectividad y eficacia como una terapia basada en evidencia tanto como terapia psicodinámica breve o de mayor duración e igual de efectiva a la par de otras corrientes tales como la cognitivo-conductual, dialéctica conductual, sistémica o humanista. Se ha sometido a ensayos clínicos controlados, experimentales y metaanálisis en donde sus resultados han demostrado efectividad y mejoría clínica para trastornos afectivos (tales como depresión, ansiedad) hasta mejoría clínica sostenida en personas con trastornos de personalidad: límite, narcisista, obsesivo-compulsivo (Leichsenring et al., 2023).
Las premisas vigentes del psicoanálisis posmoderno son: que parte del tratamiento psicodinámico es poder analizar y co-construir de forma horizontal con el terapeuta nuevos conocimientos de sí mismo, apalabrar experiencias dolorosas que tienden a la escisión, represión, proyección (en uno, en otro, en varios, o incluso en instituciones, grupos y lugares de trabajo) hay elementos vinculares de la historia del sujeto que se reactualizan en el presente muchas veces dramatizadas cíclicamente en sus relaciones interpersonales vigentes y sin que el sujeto se dé cuenta de ellas (Kealy & Ogrodniczuk, 2019; Summers et al., 2024).
“creo que en mis relaciones románticas siempre busco gente que no está disponible -como un saboteo- pero no sé por qué me pasa esto”
“no importa cuánto me esfuerce en el trabajo siempre tengo una vocecita en mi cabeza que me dice que no lo hice lo suficientemente bien”
“a veces me viene mucha ansiedad de forma espontánea y no importa cuánto medicamento tome siempre regresa”.
Estas frases son comunes en personas que buscan atención terapéutica, el psicoanálisis permite dilucidar, comprender, re-organizar experiencias actuales y pasadas que generan sufrimiento, en algunos individuos el sufrimiento emocional se vierte en sueños y condensaciones simbólicas (incluso también somáticas) como forma de afrontar el malestar y el terapeuta trata de ayudar al sujeto a procesar psicológicamente dichos estados defensivos y malestares sin enjuiciar, ni opinar, ni sugerir siempre respetando la verdad y narrativa que el paciente va construyendo de sí mismo a lo largo del tratamiento.
El psicoanálisis tiene la premisa de que la mente del sujeto siempre hará todo lo posible por enfrentar y controlar el dolor que ha vivido o que atraviesa en el momento actual. El malestar y forma de procesar el dolor, incluso aquellas sensaciones de vacío, siempre son específicas para cada persona; algunas de estas dinámicas y procesos implican paradójicamente mayor desadaptación psicosocial o son convertidas y procesadas en otras cosas que muchas veces quedan fuera de la consciencia del sujeto.
Teorizadores psicodinámicos contemporáneos están de acuerdo en que la relación y alianza terapéutica (definida como un trabajo colaborativo en donde terapeuta y paciente están de acuerdo en lo que se va a trabajar y se involucren activamente durante el proceso) son elementos importantes que se desarrollan en la terapia psicodinámica y que ayudan a generar experiencias emocionales correctivas en el aquí y ahora (Kealy & Ogrodniczuk, 2019; Summers et al., 2024).
Para concluir el psicoanálisis ayuda a comprender los estilos de apego y a mejorarlos en formas más sanas de procesar el dolor, la pérdida o la separación. Actualmente el psicoanálisis tiene muchos campos de aplicación: psicoanálisis individual, de pareja, de grupo, y análisis en instituciones organizacionales y comunitarias.
El psicoanálisis posmoderno se ha transformado de lo clásico y está en constante estado de re-transformación siempre buscando comprender el impacto de: la cultura, la sociedad, las familias y parejas que producen una “inscripción psíquica individual” que opera en diferentes niveles de consciencia produciendo síntomas, malestares ya sea corporales o emocionales en la actualidad del sujeto.
Kealy, D. & Ogrodniczuk, S. J. (2019). Contemporary psychodynamic psychotherapy: Evolving clinical practice. Elsevier.
Leichsenring, F., Abbas, A., Heim, N., Keefe, R. J., Kisely, S., Luyten, P., Rabung, S., & Steinert, C. (2023). The status of psychodynamic psychotherapy as an empirically supported treatment for common mental disorders – an umbrella review based on updated criteria. World Psychiatry 22 (2) 286-304. doi: 10.1002/wps.21104.
Summers, F. R., Barber, P. J., & Zilcha-Mano, S. (2024). Psychodynamic Therapy: A guide to evidence-based practice. The Guilford Press.