Día Internacional de Lucha
Contra los Trastornos Alimentarios
Salud en todas las tallas
Por Clara Sánchez
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que los trastornos alimentarios son la tercera enfermedad crónica con más prevalencia entre la población juvenil. El registro más reciente presentado por la diputada Ana Laura Bernal Camarena, en octubre del 2019, reportaba que en México existen 22 mil casos de trastornos alimenticios de diferentes tipos, siendo las mujeres las más afectadas en una escala de nueve a uno.
Frente a esta realidad, la nutrióloga Raquel Lobatón, especialista en Alimentación Intuitiva y Nutrición Incluyente compartió con AMPAG los beneficios que ofrecen para el tratamiento de los trastornos alimentarios el enfoque del programa Salud en todas las tallas, HAES (Health at Every Size) por sus siglas en inglés, cuyo objetivo es priorizar la salud sin centrarse en el peso.
Esta propuesta reconoce la diversidad corporal como parte de la naturaleza humana entendiendo que nadie puede determinar cual sería el peso ideal de una persona. Se manifiesta en contra de las dietas, dado que el 95% de las personas que las hacen recuperan su peso en un período aproximado entre dos y cinco años después de haberlas concluido. Otro principio fundamental de su praxis es ir en contra de la gordofobia, es decir de la estigmatización que se ha hecho hacia los cuerpos gordos.
¿Por qué las dietas son el principal condicionante para una imagen corporal negativa?
Porque la intención de las dietas es que modifiquemos nuestros cuerpos, el mensaje que le estamos enviando a nuestro cuerpo es “no estás bien, necesitas cambiar”, eso refuerza la imagen negativa. Al hacer dieta, te vas volviendo más policía de tu cuerpo, te mides, te pesas, te miras al espejo, sales a la calle esperando que alguien te diga que te ves más delgado y, cuando logras bajar de peso y recibes validación de los demás, terminas odiando aún más tu cuerpo del pasado.
De acuerdo a las estadísticas que nos compartes, las dietas no funcionan, ¿por qué se sigue prescribiendo?
Por qué la gordofobia es tan perversa y está tan metida en nuestro inconsciente colectivo que queremos deshacernos de la gordura a como dé lugar. Nos han vendido la idea de que las dietas son las solucionesa estos “cuerpos gordos,” “defectuosos” y queremos deshacernos de ellos para obtener los privilegios que otorga la delgadez. También se siguen prescribiendo porque hay una industria millonaria, la de las dietas, que genera más de 72 mil millones de dólares anuales, sólo en Estado Unidos, con la estrategia de hacernos creer que nuestros cuerpos son imperfectos, vendiéndonos un producto fallido, que va a fracasar, –por que vamos a recuperar el peso–, pero haciéndonos creer que, cuando fracase será por nuestra culpa.
Ahondando en este tema de la gordofobia la defines como “un sistema de discriminación que sigue siendo normalizada”, ¿cómo aprendemos a lidiar con estos prejuicios? Y lo que me parece más importante ¿cómo ayudamos a nuestros niños y jóvenes a no comprar esta idea?
Lidiar con los prejuicios implica primero reconocerlos, es normal que los tengamos, no tenemos que culparnos por ello, nacimos en una cultura gordofóbica y la hemos fomentado todos. Dejemos de elogiar la delgadez, dejemos de hablar de los cuerpos, dejemos de asumir que una persona gorda tiene malos hábitos o mala salud, retemos a los mensajes de los medios de comunicación que representan a la delgadez como lo bueno y a la gordura como lo malo, porque eso está desde las caricaturas y los cuentos infantiles. Las figuras aspiracionales de las princesas, de los superhéroes son delgados y los gordos son los malos, los villanos. La gordura es retratada como lo indeseable, lo indisciplinado, lo sucio, lo irresponsable, hay que tomar conciencia de ello, hablar con los niños de diversidad corporal. Hacer conciencia de la doble moral que manejamos, porque cuando un niño critica a otro niño por ser gordo, decimos que hace bullying, pero si un adulto critica a otro por la misma razón, decimos que lo hace “por salud.”
Salud en todas las tallas
Salud en todas las tallas es un movimiento filosófico, ideológico con fundamento científico que considera que la salud mejora si se alienta la auto aceptación del cuerpo y uno de los modelos de alimentación que pueden trabajarse bajo este enfoque es la alimentación intuitiva, cuyo objetivo es permitirnos volver a comer confiando en nuestras señales internas y en nuestro cuerpo, como cuando éramos niños.
¿Cómo podemos concientizar y educar bajo la mirada de la Salud en todas las tallas?
Primero necesitamos tomar conciencia del daño que nos hace la cultura de las dietas, trabajar nuestros sesgos personales, reconocer nuestra gordofobia internalizada y empezar a abrir la mente y la mirada a que existe otra forma de ver la salud. Leer sobre Salud en todas las tallas, hay mucho material científico en ASDAH (Association for Size Diversity and Health), escuchar como han vivido el estigma de la discriminación las personas gordas y como han padecido la cultura de las dietas.
Me gustaría que pudieras profundizar sobre el cuidado de la salud sin importar la forma de cuerpo…
Es entender que las conductas de salud que adquiramos, –si decidimos adquirirlas, por que nadie tiene la obligación de ser saludable o de hacer ejercicio–, como dormir mejor, moverse más, dejar de fumar, de tomar alcohol, comer mejor, –ojo mejor no es menos–, van a repercutir en nuestra salud aunque no bajemos de peso.
Desde esta mirada, ¿cómo funciona la terapia médico nutricional?
Nos referimos a ella cuando hablamos de condiciones de salud que requieren un ajuste en la alimentación como la diabetes, la colesterolemia o enfermedad celíaca. En esos casos los nutriólogos podemos hacer recomendaciones de alimentación pero serán las mismas para una persona, por ejemplo celíaca, que sea delgada o gorda. Tampoco voy a asumir sus hábitos sin preguntárselo, porque podría asumir, desde este prejuicio gordofóbico, que una persona gorda con diabetes seguro no hace ejercicio.
El regreso a la alimentación intuitiva
Lobatón explica que la alimentación intuitiva es aquella que siguen los niños de manera innata desde pequeños, donde no existen prejuicios por ciertos alimentos ni estigmatización, ni diferenciación entre buenos ni malos, ni preocupación por la forma de su cuerpo.
Dado que los trastornos alimentarios se han incrementado en los jóvenes, ¿de qué manera podemos guiar y conservar su intuición?
Tenemos que aprender a no robársela, a no meterles el pie. ¿Cómo lo hacemos? jamás poniéndoles reglas de alimentación, jamás poniéndolos a dieta, jamás obligarlos a comer ciertos alimentos, prohibirles otros, no etiquetar a los alimentos en buenos y malos, confiar en sus cuerpos. Nuestro papel como adultos es ofrecer una buena calidad de alimentos, tiempo de comida, espacios adecuados y agradables para que coman, confiando en que ellos tienen sus señales de hambre y saciedad. No tienen juicio hacia la comida. Nacen sin creer que un pepino es mejor que una galleta. No tienen culpa alguna al comer.
Esto nos lleva a la alimentación incluyente, esa que defines como “ligada al goce, al placer y a la convivencia con los seres amados, y alejada de la culpa, la vergüenza y la restricción”. ¿Cómo podemos retomar el placer por la comida? ¿Cómo aprendemos a quitarnos la culpa por ingerir ciertos alimentos?
No es un camino fácil, es un proceso que implica retar todas estas creencias, darnos cuenta que nos vendieron un montón de mentiras y nos las creímos. Para liberarnos de la culpa hay que pasar por ahí, tienes que comer un alimento aunque te genere culpa, poco a poco irás tolerando esa culpa y te irás dándocuenta que no pasa nada si comes ese alimento.
¿Va ligado a fomentar la atención plena a la hora de comer?
Sí, es tratar de estar lo más presente en tu cuerpo y en tu comida sin distractores, percibiendo el olor, el color, el sabor, la textura de la comida, disfrutándola, saboreándola, tratando de sentir como el alimento va pasando por tu cuerpo, sintiendo el placer de comer.
En el Día Internacional de la Lucha contra los Trastornos Alimentarios, además de la aceptación de nuestro cuerpo, ¿cuáles son las recomendaciones que nos haces para avanzar en esta lucha?
Retar la cultura de las dietas, darnos cuenta que ha sido un tremendo detonante de los trastornos. Hacer cosas muy puntuales como dejar de hablar de las dietas, de recomendarlas, de elogiar la delgadez, de meternos con los cuerpos o la forma de comer del otro, dejar de quejarnos de nuestro cuerpo, dejar de perpetuar estereotipos gordofóbicos, dejar de satanizar alimentos, entender que la comida no es medicina, ni veneno, es solamente comida. Fomentar el respeto y el trato digno a todos los tamaños de los cuerpos. Un grave error para tratar los trastornos de la conducta alimentaria es que siguen centrados en el peso, es decir se pretende rehabilitar a la persona siempre y cuando no se pase de cierto peso y ahí es donde la recuperación nunca va a ser total, necesitamos entender que el peso de un paciente recuperado va a caer donde tenga que caer.
Recuadro:
Los 10 principios de la alimentación intuitiva
Lobatón explica que reconectarnos con la alimentación intuitiva implica un proceso de reconexión con las señales básicas de nuestro cuerpo, –como las del hambre y la saciedad–, siempre desde la premisa de darnos el permiso incondicional de comer. Te compartimos los 10 principios de la alimentación intuitiva:
Si deseas saber más sobre el trabajo de Raquel Lobatón, síguela y/o contáctala en Instagram @raquelobaton; Facebook: Raquel Lobaton; Twitter: @Raquelloba
Referencias: