El próximo sábado 22 de enero a las 12:00 horas se llevará a cabo, en el marco de la Conmemoración de la Liberación de Auschwitz, el conversatorio Ecos del silencio, la transmisión transgeneracional del trauma en los sobrevivientes del Holocausto a través del Facebook Live de la AMPAG. La charla, en la que participará la psicoanalista Miriam Grynberg y los directores Aarón y Esther Cohen, surge a partir del trabajo que realizaron ambos cineastas en el documental Murmullos del silencio que se exhibe en la Cineteca Nacional hasta el 24 de enero.
Murmullos del silencio, el dolor de la liberación
Por Clara Sánchez
¿Dónde se guardan los secretos y memorias que no salen de nuestra boca? ¿Qué sucede con el trauma que se “oculta”? El cuerpo lo representa, el inconsciente lo transmite y lo hereda empujando a que, transgeneracionalmente, los descendientes lo repliquen sin que muchas veces puedan siquiera entender las razones que los llevan, cuál si fueran títeres, a moverse de acuerdo a un guion que desconocen.
Aarón y Esther Cohen, autores de Paraíso en Auschwitz (2018), enfocan su más reciente documental, Murmullos del silencio, a la segunda generación de los sobrevivientes del campo de concentración, desde una premisa básica que da nombre al primer apartado de los seis que conforman la cinta: “La guerra no termina cuando termina la guerra.” Y es que, por contradictorio que parezca, la liberación de los campos rompió esa “muralla emocional” que emergió en la psique de los sobrevivientes como un mecanismo de defensa para mantenerse con vida. Frente a la nueva incertidumbre, ese bloque defensivo se desmoronó. Con las heridas abiertas, las víctimas recogieron sus pedazos e intentaron encontrar un refugio para iniciar una nueva vida fuera de Europa. Fue así como llegaron a México.
Escrita por Marina Stavenhagen la película recupera una serie de entrevistas divididas en dos rubros, por un lado las correspondientes a los especialistas que abordaron las consecuencias del trauma del holocausto como historiadores, filósofos, politólogos, sociólogos, psicoanalistas, periodistas y por el otro, los 90 testimonios recabados a partir de 20 preguntas elaboradas, con el apoyo de una psicóloga, a lo hijos de los sobrevivientes.
Con dicho material se tejió, en una primera parte, la salida de Europa, la llegada a México, la reconstrucción de sus vidas y el surgimiento de sus familias. En una segunda instancia, la forma como el trauma del holocausto permeó en la historia y la personalidad de sus hijos las cuales se construyeron a partir de la conspiración del silencio.
Desde ese silencio, denominado como la segunda huella del holocausto, emergen murmullos que poco a poco suben el volumen para convertirse en gritos desgarradores que reclaman la historia que fue silenciada “en un acto de amor” pero cuya ausencia dio pie a una novela familiar dolorosa, con más preguntas que respuestas, donde lo que se ocultó dejó una herida profundamente sensible.
El documental es un trabajo de investigación que duró cuatro años y su objetivo principal es mostrar el despertar del estrés postraumático, resumido brutalmente en la frase: “para mi papá la guerra terminó en el día, pero continuó por las noches, en sus pesadillas y ansiedades persecutorias”. Como muestra bastan las imágenes de archivo que se mezclan con los recuerdos y la coreografía de una pareja cuyos cuerpos encarnan, desde el baile, las emociones que les dicta la música de fondo. Esta mirada fílmica logra captar las distintas formas en que los sobrevivientes retomaron su libertad como lo explica la psicoterapeuta Yael Danieli, quien los categorizó de la siguiente manera: “hay cuatro estilos, el primero lo llamo la víctima, y se refiere a esas personas que percibieron el mundo como un lugar inseguro. El segundo es la familia guerrera, aquella enfocada a defender a los hijos y donde los padres se protegen entre sí. El tercero es el aturdido, son los que perdieron todo, incluidos sus propios hijos y sus parejas, de ahí que los integrantes deben protegerse entre sí y por último “los que lo lograron”, ahí se encuentran los más jóvenes, ellos, en su proceso de reconstrucción, querían esconderse y negar el holocausto.
Estas formas de enfrentar su nueva vida repercutieron en la crianza de los hijos, como lo explica la psicóloga transgeneracional Raquel Schlosser quien enumera algunas de las consecuencias más comunes como el síndrome de amenaza que se refleja en un miedo injustificado de sentirse perseguidos, así como la ansiedad por el temor a las pérdidas o a ser juzgados.
Pero lejos de revictimizar a los entrevistados los Cohen subrayan la importancia de honrar el pasado para trascender al futuro, y eso implica abrazar a sus familias con sus historias, las que les contaron, las que callaron y las que surgieron como fantasmas durante su infancia y su adolescencia. Además, los realizadores reivindicaron el coraje de los sobrevivientes y su motivación como lo subraya la psicoanalista Maxine Zambrano: “tienen este amor a la vida y el deseo de seguir luchando, han vivido tan en el límite que eso se vuelve un motor, deciden estar del lado de la vida, de la creación, del amor y eso es lo que transmiten a sus hijos.”
Esta es la lección más contundente del documental la elección por “la esperanza frente a vivir condenados al sufrimiento”. Esa decisión la reconocen los descendientes, la agradecen, se apropian de esa experiencia y deciden enfrentar a su vez su propio destino desde la creatividad y la resiliencia, algunos incluso dedicándose directamente al arte o al trabajo con el sentido del humor como un detonante inspiracional.
Lejos de ser un trabajo más sobre el holocausto, Murmullos del silencio es un documento valiosísimo que rescata una arista poco explorada del holocausto desde la vivencia de sus protagonistas, de ahí su pertinencia no solo de revisarla en el marco del Día de la Conmemoración de la Liberación de Auschwitz que se conmemorará el 27 de enero, –unos días después del conversatorio– sino para escuchar esas voces que nos hablan de los sobrevivientes en distintos contextos,
–como los de las desapariciones forzadas en México, por citar un ejemplo– para entender la reconstrucción de su psique, de sus emociones y el impacto en sus descendientes.
Dada la riqueza de la información que recabaron, Aarón y Esther han pensado en crear una plataforma en la que, además de tener disponible el documental, se puedan consultar las historias individuales de los 90 entrevistados, ya que cada una tiene una duración de una hora u hora y media.
Coherente con esa mirada esperanzadora y fiel guardián de la memoria, el film invita a perdonar, para sanar el alma pero subraya la importancia de no olvidar, para no repetir la historia, dejando un rotundo llamado al activismo a partir de la inclusión de la reflexión de Yom HaShoah: “no serás víctima, no serás perpetrador pero sobretodo, no serás observador.”
Murmullos del silencio (México, 2021)
Director y fotografía: Aarón Cohen
Guion: Marina Stavenhagen.
Música original: Fernando Alanís.
Edición: Fernando Alanís, Aarón Cohen, Esther Cohen.
Con: Israel Avigdor, Lilian Barta, Reyna Bejarano, Abraham Bleier, Aliki Botton, Tzvia David, Gita Flaster.